Un Sistema Global de Soporte Vital

La COP30 es una convergencia histórica en el corazón de la selva amazónica. Líderes indígenas y científicos están unidos en un llamado urgente a la acción, con pasos claros y concretos para proteger la Amazonía y el clima, tal como se establece en la Declaración Indígena, mientras los líderes mundiales se reúnen en la Amazonía para la COP30. La mayor salvaguarda del planeta en cuanto a clima, biodiversidad y agua se encuentra en el centro de la atención mundial. Este es el momento de exigir medidas audaces y decisivas para proteger de manera permanente la selva amazónica antes de que sea demasiado tarde.

Amazonía: Un Sistema Global de Soporte Vital

La selva amazónica, el bosque tropical más grande del mundo y hogar de una biodiversidad biocultural incomparable, es una bomba central del ciclo global del agua, una piedra angular de la estabilidad ecológica del planeta y un actor crucial en la lucha contra el cambio climático. A medida que la humanidad avanza hacia una transición de bajo carbono y un futuro regenerativo, salvaguardar la Amazonía no es solamente un imperativo moral, sino también una solución climática fundamental para sostener el equilibrio de la vida en la Tierra.

El Papel Único de la Amazonía en la Estabilidad Climática


La Amazonía es vital para la estabilidad del planeta: contiene el 20% del agua dulce del mundo, almacena hasta 100 mil millones de toneladas de carbono, regula el clima global y se encuentra en un punto de no retorno. El bosque produce el 20% del agua dulce del planeta, influyendo en los patrones de lluvia y en las temperaturas a través de los continentes. Estos ciclos hidrológicos son esenciales para la seguridad alimentaria y del agua a nivel mundial, así como para la resiliencia climática.

La Amazonía está en un punto crítico de colapso ecológico.

En los últimos años, la Amazonía ha perdido más de 88 millones de hectáreas de bosque como resultado directo de actividades extractivas, incluidas aquellas relacionadas con los combustibles fósiles y la minería, el avance de la agricultura y la ganadería, y proyectos de infraestructura en los territorios de los Pueblos Indígenas. Estas actividades aceleran la pérdida de biodiversidad, alteran los patrones globales de lluvias, amenazan la seguridad alimentaria y del agua, y violan los derechos humanos. Abordar estos desafíos requiere una restauración urgente de las funciones hidrológicas y ecológicas de la Amazonía.

Diversidad Biocultural: Un Mensaje desde el Corazón de la Amazonía

Durante miles de años, hemos habitado la Amazonía y la hemos protegido, manteniendo sus ecosistemas intactos para asegurar el equilibrio climático, la biodiversidad y los ciclos de vida. Somos más de 500 pueblos indígenas y más de 188 pueblos en aislamiento, poseedores de sistemas de conocimiento que han preservado el bosque tropical más grande del mundo, territorios que hoy representan los mayores sumideros de carbono del planeta.

Nuestros territorios son espacios vivos donde la naturaleza, la espiritualidad, la ciencia indígena y la comunidad van de la mano. Nuestros modos de vida ya ofrecen soluciones concretas para enfrentar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad con justicia y eficacia. Por eso afirmamos que no somos solo guardianes: somos autoridades climáticas y ambientales.

Apoyando Soluciones Lideradas por Pueblos Indígenas y una Bioeconomía Regenerativa

Una bioeconomía regenerativa, enraizada en el cuidado milenario indígena y local, mantiene el bosque en pie al tiempo que garantiza medios de vida, cultura y soberanía alimentaria, en línea con los 10 Principios de Alto Nivel del G20 y con los objetivos climáticos y de biodiversidad globales. Para hacer realidad este potencial, el modelo vigente basado en la deforestación debe dar paso a la regeneración, con la seguridad territorial y la protección de los derechos indígenas como fundamento innegociable.